Destilando la existencia

Si pudieras destilar un lugar, extraer su escencia... ¿qué quedaría?
Un momento, una persona, una conversación, una mirada...
...un alma
He rogado tanto tiempo por que te lleves mi alma
Que empiezo a pensar que nunca tuve una
Por eso no aceptas la oferta...

¿Acaso existo para ti?
Empiezo a dudarlo
Soy sólo una sombra, un fantasma
Rastros de lo que alguna vez fuimos
Y nunca pudimos consumar

¿Y si es esta la última vez que nos vemos?
No haría alguna diferencia...
La última vez fue hace mucho
Ya ni siquiera me ves
Ya ni siquiera me lees...

Este limbo abismal día a día me consume
Mi sanidad, mi vida, mi pasión
Ya no queda nada de ello
Soy sólo el perpetuo deseo
De morir por ti, de vivir así
Ignorado, empalado, crucificado
Soy el sufrimiento encarnado

Qué soy, si no soy nada
Ni tempestad ni calma
Una pintura, una escultura
Soy el símbolo de la ruptura

Sin alma, sin vida y sin muerte
Y sin embargo un ente elocuente
Que aberración tan fantasmal
No se siente ya ni bien ni mal

Religión, prohibición
El mundo entero tiene una opinión
Creen que saben, pero no sienten
El deseo de ésta alma que las absuelve

Mentiras, tranformadas en canciones
Dolor resumido en oraciones
Día a día aguantar las maldiciones
Silenciosamente morir en mis pasiones

El amor incompleto huye de la dicha
La muerte pasional huye de la vida
Nunca podré cantarte la alegría
Tendrás que conformarte con mis elegías

Que difícil y que fácil
Seguir como si nada
Envueltos en luz y oscuridad
Recordando vidas pasadas

Porque por primera vez me pregunto
A dónde quiero llegar con todo esto
Tú pareces tan segura del mundo
Riendo y viviendo sin ver lo siniestro

Infiernos, paraisos y purgatorios
Cuando por fin acabemos, lo sabremos todo
Infinito sufrimiento y elación
Acabaremos rompiendo toda relación...

Y ahora, en medio de la nada te pregunto
Si quieres conmigo cantar
La última canción para lo difunto
Para después, ya nada recordar

Y dirás que no, pronunciarás tu adios
Romperás mi corazón, demonificarás al dios
Pero sonreirás tímidamente, para justificarte
Y por infinita vez tendré que perdonarte

¿Qué he aprendido de ti, que no hayas modificado?
Siempre pareces arrepentirte de lo enseñado
Maestra del caos, por todos lados
Dejas algo, que nunca será encontrado

Que tortura, que ironía
Me acostumbré a ti día a día
A no tenerte, a no entenderte
A tratar y tratar de sorprenderte...

¿Qué hago para que me mires?
Porque yo no dejo de hacerlo
Para que cuando te retires
Sea la única vez que voltees a verlo

Y contigo, todos fingiremos
Es un juego que debemos jugar
Y así, todos callaremos
Lo que queremos decir, para luego olvidar

Ni mil vidas bastarían
Para lograr algo contigo
Sin embargo sigo tratando
De que me aceptes como esclavo
Sigo huyendo de la cordura
Para entregarme a la locura
Tal vez loco soy más digno
De ser tu humilde signo
De negación y pureza
Tu aberración y tu dureza
Seré la cruz humana
Que tu crueldad emana..

Tantos dilemas, ninguna conclusión
Productos de mi infinita confusión
Tantos momentos, ninguno recordado
Tal vez después de todo merezco ser olvidado...

Mueve tus piezas, que se acaban las mías
Usaré mis noches, pues ya no quedan días
Te entregué todos mis sueños, ahora sólo habrá pesadillas
Y después de tanto tiempo, aún no sé qué es lo que perseguías...

Yo nunca te he engañado
Y sin embargo, no merezco ser perdonado
Sólo merezco un consuelo, un mayor tormento
Para seguir muriendo cada momento...

Y al final, todo sigue igual
Un verso más, una herida más
Que olvidaremos con una conversación
Tan banal como la agresión
Y llegará el momento
Que no recordemos esto
Y llegará aquel día
Que te encuentre en la otra orilla
No podré cruzar
Pero al menos, me tendrás que observar...