Dioses dormidos

Sé más de ti dormida que despierta
No hay mas que una dimensión abierta
Tu mundo de pasión, mi mundo de aburrición
Encerrada en sueños ajenos de muerte y perecer
Eres la rosa bella que jamás debió nacer

Espinas a tu alrededor, ninguna te hiere
Inalcanzable y divinizada, hermosa y cansada
Te veré perecer, pero jamás obedecer
Sin dueño y sin vida, la más dulce impericia
Eres alcohol y dolor, eres nada y todo

Soñando despierta te embriagas de realidad
Te pierdes en tus pequeños mundos de frialdad
Perfección y dioses roban tu respirar
Pero siempre olvidas a cómo rezar

No hay nadie que merezca tus rezos
No hay algo que no anhele tus besos
Eres la perfecta contradicción del amor
Sin ti no hay placer ni tampoco dolor

Tu cuerpo celestial que disfruta todo el mal
Nos ahogamos en ti mientras bebes de nuestro morir
Siempre susurrando promesas que nunca cumplirás
Siempre jurando a toda voz que pronto te irás

De mi vida, pero no de mis sueños
Volverás a ser de ellos
Volverás a aferrarte a la electricidad
Y demostrarás tu indeleble felicidad

Fingirás que nada importa, si estás con ellos
Arlequín infiel que los mantiene contentos
Siempre pensando en mejores momentos
Recordando cada uno de mis cuentos...

Historias sin sentido para algunos, credos para nosotros
Pero ahora no somos diferentes a los otros
Juguetes de un Dios que no quiso revelar su plan
Desperdicios de un mundo que pudo no estar tan mal

Fijados en el tiempo, dosis de agonías indoloras
Huyendo de la naturaleza, sintetizando falsas hormonas
Medicamentos que provocan enfermedades placenteras
Creando nuevos monstruos para que a todos les temas

Un mundo más que enamorar y construir
Una mentira más que elaborar y destruir
Engañando profetas para que canten tu historia
Borrando archivos para siempre tenerte en mi memoria

Llevados por la neblina al fin del mundo
En el pantano de tu nombre ahora me hundo
Mis pulmones no piden parar, piden incluso aún más
Antes de morir, quiero entender de manera diferente el jamás

Dioses dormidos, el más adictivo de los vinos
Soñando con dioses inexistentes aún más feroces
Catársis mundana, placer meramente humano
Los dioses sueñan con nuestros excesos temblando

Y nos buscamos en todos los lugares, porque sabemos que no nos encontraremos
Y probamos toda bebida, pues no calmará nuestra sed, pero tampoco nos ahogaremos
Reiremos en la lluvia para disimular las lágrimas agrias de la vida
Nos abrazaremos en el sol que abrasa todos y cada uno de nuestros pensamientos